Lo artificial es el lugar desde donde apreciamos lo natural

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martes, 9 de marzo de 2010

Teatro Carlo Felice en Génova, 1982

La construcción, al comienzo de la carrera de Rossi, era el medio a través del cual creaba una arquitectura atemporal, que vio su máximo esplendor en la obra del cementerio de San Cataldo, la ciudad de los muertos, donde no existe la concepción del tiempo. Por el contrario, al principio de los años 90 nos tenía acostumbrados a ver el mundo como imágenes, apareciendo así su segunda etapa, donde se deja llevar mucho más por sus sentimientos creando arquitectura mucho más iconográfica, que refleja sus sentimientos a partir de la imagen arquitectónica, que puede ver su máximo esplendor en el teatro, donde la representación de las obras teatrales expresan sentimientos diversos.


En esta obra encontramos respuestas a la descontextualización iconográfica y a la exageración de escala, por ejemplo, tenemos la cornisa que siendo monumental, pasa de ser únicamente un elemento de remate, a una iconografía con valor propio al darle una escala monumental
Rossi sigue prescindiendo de cualquier relación con el uso e integrando la ciudad dentro del edificio, en este caso transformando las paredes interiores del teatro con imágenes de fachadas de una calle; a la vez que integra el edificio dentro de la ciudad a través de los pórticos exteriores que dan continuidad con el entorno.

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